La consejera de Cultura de la Generalitat, Mariàngela Vilallonga, la ha vuelto a liar. Ha reconocido haber dado un "toque de atención" a TV3 porque, a su juicio, utiliza demasiado el castellano. Lo ha hecho después del estreno de una serie de la cadena autonómica en el que sus personajes usan indistintamente el catalán y el español.
La metedura de pata de la polémica consejera no puede ser mayor. Por una parte, reitera su activismo nacionalista más rancio, del que ya conocíamos otros episodios, como cuando defendió la existencia de una "raza catalana". Pero además es lamentable que admita abiertamente que presiona a la televisión pública por cuestiones ideológicas. Vilallonga es una de las imágenes más nítidas de la decadencia de la política en Cataluña.