La pasividad de la Consejería de Interior de la Generalitat ante los cortes diarios de la Meridiana ha superado todos los límites. La situación, además, se ha vuelto insostenible tras conocerse los informes de la Guardia Urbana en los que alertan a los Mossos d'Esquadra del riesgo de que los actos violentos registrados en las concentraciones deriven en situaciones todavía más graves.
Las excusas del consejero de Interior, Miquel Buch, para justificar su no intervención son inaceptables. La policía autonómica debe hacer compatible el derecho a la manifestación de los indepedentistas --que el Tribunal Constitucional ha dejado claro que no es ilimitado-- con el de la libre circulación del resto de ciudadanos.