La posición de Quim Torra es, efectivamente, un embrollo, pero meter más presión judicial no es precisamente la vía más adecuada. La querella presentada por el líder del PP, Pablo Casado, contra el presidente catalán por usurpación de funciones busca más la cuota mediática que la efectividad, en vísperas de la reunión de Torra con Pedro Sánchez.