Roger Torrent, presidente del Parlament, ha evitado incurrir en la desobediencia que supondría mantener a Quim Torra en su escaño y dejarle votar. El republicano ha aguantado bien la presión y ha acatado la orden de la Junta Electoral Central, pero exhibe demasiado exceso de celo con Ciudadanos, a los que ha llamado al orden por llamar "delincuente" al presidente de la Generalitat. Técnicamente, lo es.