El presidente de la Generalitat, Quim Torra, se negó este lunes a participar en el debate sobre la moción de censura de Ciudadanos. Dejó en su lugar a la portavoz del Govern, Meritxell Budó. Le gustara o no la iniciativa de Ciudadanos, que protagonizó Lorena Roldán, Torra debería haber contestado. Tuviera carácter electoral o no, lo que se dirimía también era debatir sobre las políticas del Ejecutivo catalán. Torra sabe que tiene muy poco que explicar sobre su inexistente gestión. Pero, por eso mismo, debería haber dado la cara.