El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona opina que perder el 0,15% del PIB catalán en una huelga de 24 horas que debería seguir a la sentencia del 1-O es peccata minuta. Defiende que esta minusvalía, si llegara a ser real, es asumible al mismo tiempo que impulsa sus consultas sobre cuestiones como el apoyo de la organización empresarial a la república catalana o si el rey Felipe VI debe ser una persona non grata. Tal y como indican sus críticos, más propaganda independentista. Justo lo que necesita Cataluña.