El consejero de Políticas Digitales y Administración Pública de la Generalitat, Jordi Puigneró, es uno de los miembros menos eficientes del ejecutivo autonómico catalán. En lo que lleva de mandato ha destacado más por sus actuaciones polémicas y frívolas que por la labor que se le supone al cargo que ocupa. Basta recordar sus tropezones a la hora de crear el “Estado digital” catalán o sus mofas a la Guardia Civil. Ahora, el Gobierno ha impugnado otra de sus boutades: el acuerdo de colaboración bilateral con Islas Feroe firmado en febrero pasado. De aquel viaje oficial se recuerdan las imágenes que el propio consejero difundió en las redes sociales en las que se le veía disfrutando de la nieve como un adolescente.