La actuación del secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima de la Generalitat, Amand Calderó, deja mucho que desear. Primero le concedió el tercer grado a Oriol Pujol Ferrusola de forma arbitraria, una decisión que fue revocada por la justicia. Y después maniobró para conseguir el mismo efecto por otra vía, apelando al reglamento penitenciario. Calderó es conocido por su radicalismo independentista y por lucir un lazo amarillo en defensa de la libertad de los políticos en prisión preventiva por organizar el intento de secesión ilegal del 1-O. Dejar en sus manos la gestión de los condenados por el procés en caso de que así lo dictamine el Tribunal Supremo no parece la mejor idea.

Amand Calderó, director general de servicios penitenciarios de la Generalitat / EP
Amand Calderó
4 junio, 2019 00:00Addoor Sticky
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