La negociación de la reunión de este jueves entre Sánchez y Torra se ha convertido en un tour de force entre Gobierno y Generalitat para demostrar la firmeza de sus respectivas posiciones ante la opinión pública. Ambos estaban dispuestos a celebrar el encuentro pero el Govern quería que este se presentase como una cumbre bilateral entre gobiernos del mismo rango, algo que el Ejecutivo español no podía aceptar.
Finalmente, han llegado a un acuerdo para que varios ministros y consejeros mantengan reuniones tras el encuentro entre el presidente del Gobierno y el president de la Generalitat, con una configuración lo más ambigua posible para que ninguna de las partes salga perdiendo. Sin embargo, desde el Departamento de la Presidencia de la Generalitat se han apresurado a filtrar a los medios que el encuentro sería una “minicumbre de gobiernos con contenido político” y con “formato 4 + 4”. No hay duda de que la supuesta voluntad de diálogo a la que el Govern apela reiteradamente no se ve reflejada después en los hechos.