El mismo día en el que la actualidad política estaba puesta en Madrid y en el anuncio de los nuevos ministros de Pedro Sánchez, la alcaldesa de Barcelona ha hecho un movimiento estratégico para intentar remontar las encuestas que por ahora no son favorables. Ha sacado pecho ideológico en la remunicipalización del agua. Una cuestión que no aparece como pieza central del interés de la ciudadanía de Barcelona pero que implicará un nuevo frente judicial en la capital catalana a un año de las elecciones locales.