Poco satisfecha debe estar Janet Sanz, la concejal del distrito de Nou Barris de Barcelona, cuando el conflicto por el oratorio de la calle Japó acumula ya varios actos de violencia. La cuarta teniente de alcalde de la Ciudad Condal debe velar por la convivencia entre culturas y religiones en la aglomeración de barrios, uno de los graneros de votos de BComú, pero también tratar de evitar y, si no puede hacerlo, condenar episodios violentos como el del sábado.
Ninguna idea justifica un ataque como el del fin de semana en la calle Japó, máxime cuando había menores presentes. Sanz y su cuenta oficial de Twitter, muy activos en otras ocasiones, guardaron silencio esta vez.