Las propuestas planteadas por el Gobierno de Baleares –presidido por la socialista Francina Armengol– para reducir la contaminación generada por las cápsulas de café van en la buena dirección. Sin embargo, se trata de unas medidas medioambientales demasiado tímidas, pues no entrarán en vigor hasta dentro de dos años y queda, además, mucho trabajo que hacer en este ámbito.