Se le ve a todas horas y en todos los sitios. Por pequeño que sea el accidente, allí está el consejero de Interior de la Generalitat, Jordi Jané, para rendir cuentas, normalmente ante las cámaras de la televisión autonómica. Le gusta tanto estar con las víctimas que hay quien piensa que, en realidad, lo que le gusta es victimizarse. A Jané, como al resto de consellers, les viene de perlas eso de echar la culpa a Madrid de los males o errores propios.
En esta ocasión, el ministro Montoro ha cerrado el grifo del dinero para ampliar la plantilla de Mossos (también de policías y guardias civiles con destino a Cataluña), por lo que, por una vez, Jané no patalea sin motivos y su demanda de más agentes responde a una necesidad objetiva como consecuencia de una situación latente de inseguridad que el Gobierno central, por los motivos que sea, no quiere priorizar.