La Generalitat de Catalunya otorga desde hace años una subvención directa a la prensa escrita en catalán en función del número de ejemplares vendidos directamente al consumidor o por lo que se conoce como venta en lote. De esta forma, los diarios tenían unos ingresos que venían muy bien para su cuenta de resultados y les venían fantástico en los controles del OJD porque aumentaban su difusión.
Los recortes presupuestarios y la gran cantidad de medios de comunicación existentes ha significado que haya menguado la gallina de los huevos de oro. Ahora, en el aeropuerto de Barcelona solo podrá leer en castellano.