La cadena de gimnasios DIR está sumida en una crisis financiera desde la fase dura de la pandemia del coronavirus, que se cebó con los clubes de fitness con especial intensidad. 

La firma acaba de volver a fichar a un ex alto cargo de la Generalitat de Cataluña, Gerard Figueras, en la enésima puerta giratoria del espectro político neoconvergente al grupo que comanda Ramón Canela

En paralelo a ello, la compañía pidió ayuda financiera a la Administración autonómica. Y ha retomado una agresiva campaña de spam para recuperar masa de socios, tanto en correos electrónicos como por mensajería de móvil. 

La empresa de Canela confía en las técnicas agresivas de televentas para recobrar abonados, lo que enerva a algunos exclientes. 

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