El cordón sanitario que practican la mayoría de partidos del arco parlamentario con Vox en Cataluña se rompió esta semana en una localización inesperada: la Consejería de Interior.
Ocurrió cuando Sònia Andolz, directora general de Administración de la Seguridad, recibió a sindicalistas de Alternativa Sindical, una plataforma minoritaria de vigilantes de seguridad que amplifica los postulados del partido de Santi Abascal, y que en la región pilota Ignacio Garriga.
En el sector se critica que Andolz reciba a un sindicato minoritario que, además, da cobertura a una formación con la que los partidos autonómicos dicen no colaborar.
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