La CUP de Vilanova se desangra
La crisis política en Vilanova i la Geltrú amenaza con convertirse en un serial. La asamblea de la CUP desautorizó a los tres regidores por su apoyo a los presupuestos. Tras duras críticas a través de las redes sociales y en la propia asamblea, que fue calificada por los disidentes como “espacio agresivo”, fueron expulsados y pasaron al grupo de concejales no adscritos.
La mayoría de gobierno, liderada por Olga Arnau de ERC, salvó la estabilidad del ejecutivo aunque la izquierda independentista se rompió. Una semana más tarde esta estabilidad queda en entredicho porque uno de estos tres regidores, Enric Garriga, ha tomado la decisión de abandonar el consistorio lo que deja al equipo de gobierno en minoría. En sustitución de este regidor entrará Rosa Soler que ocupó la quinta posición en la lista, ya que dejó sus responsabilidades en el mes de enero de 2021 por discrepancias en la acción de gobierno, Marta Guinda, que ocupaba el número tres.
La crisis del independentismo antisistema en la capital del Garraf se empezó a fraguar cuando dejó la política activa Quim Arrufat, uno de los primeros tres diputados de la CUP en el Parlament, que no quiso formar parte de la candidatura municipal. Ahora, la nueva regidora decidirá si sigue los pasos de la asamblea o se sitúa con sus compañeros en el equipo de gobierno.