En su habitual carta a la militancia, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha esbozado las líneas maestras de lo que será la campaña socialista en las elecciones catalanas. Iceta recuerda las palabras de Torra el año pasado en Prada de Coflent: “Yo no soy presidente para gestionar una autonomía” y “también señaló el camino de la confrontación”. Para Iceta “lo cierto es que durante este curso político se ha empleado en demostrar que no es presidente para gestionar Cataluña y que el camino en el que se siente más cómodo es la confrontación. Ningún liderazgo, ninguna muestra de buena gestión, ningún signo de buen gobierno a la vista. Sin norte, sin cohesión y sin la mínima eficacia exigible a un gobierno”.
Para Iceta, en la misiva remitida antes de las vacaciones estivales, el Govern está en “quiebra”, demuestra “su inoperancia y falta de gestión” y presenta al Partit dels Socialistes como la alternativa: “El PSC está preparado para ganarlas [en referencia a las elecciones] porque estamos convencidos que somos la única alternativa posible”. Y avisa “si ERC y Junts per Catalunya suman, seguirá el mal gobierno, el despilfarro de recursos, tiempo y oportunidades. Solo un gran resultado de los socialistas puede impedirlo”.
Sin embargo, mucho tiene que cambiar el escenario político para que el PSC consiga superarse a sí mismo en las encuestas. La mejor lo sitúa en segunda posición tras los republicanos. Iceta sabe que esta es su última oportunidad --con el permiso de Salvador Illa que es aclamado por la militancia socialista-- y se muestra optimista. “Solo el PSC está en condiciones de encabezar un gobierno no frontista, un gobierno progresista y de izquierdas, integrador”, para lograr una “Cataluña de primera”. No apunta fechas, pero emplaza a los suyos a estar en septiembre al pie del cañón.