La Generalitat, al menos algunas consejerías, está librando a sus trabajadores un lote de protección frente al coronavirus. Los empleados de los departamentos han empezado a recibirlo en sus puestos de trabajo y los funcionarios de la Generalitat no salen de su asombro. Les han entregado como gran “dispendio protector” ocho mascarillas quirúrgicas, de esas que valen menos de 1 euro. Eso sí, a todos se les informa de que no recibirán otro “envío” hasta el mes de diciembre. O sea, que con ocho mascarillas deben aguantar algo más de tres meses.
Si las mascarillas quirúrgicas son seguras alrededor de ocho horas, lo cierto es que los trabajadores de la Generalitat no tendrán que comprar protección durante... ocho o nueve días. El resto parece que corre de su cuenta. A veces, estos “detalles” sitúan a los que los tienen en el límite del ridículo. No aprenden en Can Torra, porque su “paga solidaria” a los sanitarios ha levantado ampollas de todo tipo. Las enfermeras y el personal auxiliar, cabreados por no cobrar lo mismo que los médicos; el personal de los centros privados, por haber sido excluido; y algunos colectivos subiéndose a la parra porque ni se les ha tenido en cuenta. Ahora, llega el turno de las ocho mascarillas que más que una donación parece una burla.