El Govern ha anunciado en rueda de prensa que Cataluña pasa a fase 3, aunque parecía más que se pasaba a un encuentro en tercera fase. El president Quim Torra inicia el acto presentando la nueva situación y da paso al conseller de Interior, Miquel Buch, que realiza una intervención no superior a los 15 segundos para ceder la palabra a la consellera de Salud, Alba Vergès, diciendo, eso sí, que apoya su gestión y que el decreto lo explicará la consellera que conoce mejor los entresijos.
Tras esta sesuda intervención asalta una pregunta: ¿Era necesaria su presencia? Ciertamente no, pero el desplante sin muchos miramientos a Torra hay que buscarlo en el malestar entre el presidente y su conseller de Interior. Dicen que Buch está muy enfadado por las críticas recibidas por los hechos racistas del Bages y, sobre todo, por la falta de apoyo de Torra y de sus propios compañeros de Junts per Catalunya. La tensión es tal que algunas fuentes apuntan que Buch amagó con su dimisión. Dimitir no ha dimitido, pero en la rueda de prensa de hoy se ha erigido en protagonista de un desplante en toda regla a su presidente.