Una decepción. Jaume Alonso Cuevillas, abogado de Carles Puigdemont, que ahora ejerce de diputado de Junts per Catalunya en el Congreso, no se adapta a la nueva dinámica. Aunque él no es político, sí pensaba que las cosas irían por otros derroteros, más “profesionales”. En sus círculos, Cuevillas señala que el grupo de los exconvergentes en Madrid es un “lío”, que nadie toma decisiones, y que esperaba otra cosa.
Además, Cuevillas no ve que le compense económicamente. Ganaría más en su despacho, dedicado ‘full time’ que ahora en el Congreso. De hecho, Cuevillas había defendido que necesitaba unos 5.000 euros al mes para funcionar, y que eso se garantizaba con más claridad como eurodiputado en Bruselas.
Un dolor de cabeza
No pudo ser, aunque él se dejaba querer, y pedía casi a gritos que lo incluyeran en una lista en las elecciones europeas. Finalmente, Puigdemont pensó en Cuevillas, pero para la lista en el Congreso.
Su decepción es enorme, ni a favor ni en contra de Pedro Sánchez, ni se puede ejercer la política ni se cobra lo suficiente, ni manda Quim Torra, ni Laura Borràs, y Puigdemont se activa y se desactiva en días, sin diseñar una clara estrategia. Un auténtico dolor de cabeza para Cuevillas, que no sabe qué hacer.