Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, está soliviantando a los empresarios. Primero, por sus fichajes, todos procedentes del entorno del PP. El último ha sido la exministra Fátima Báñez. Nunca un ministro había entrado en la cúpula patronal. Además, todos estos movimientos los hace el presidente de la CEOE en primera persona, sin consultar la opinión de sus vicepresidentes.
Segundo, por sus vaivenes y veleidades políticas. Garamendi pidió inicialmente un acuerdo de PSOE y Ciudadanos. Luego apostó por un gobierno en solitario del PSOE con la abstención de las derechas. Y ayer, fuera de la asamblea de la CEOE, apostó por una repetición electoral que ha dejado a todos perplejos.
De hecho, la patronal había cerrado filas en torno al discurso de Josep Sánchez Llibre que propugnaba un nuevo gobierno de forma inmediata que diera estabilidad. Postura que el propio Garamendi apoyó el pasado día 26 en una conferencia de su vicepresidente en Madrid.