¿Otra ONG fraudulenta?
Las casualidades no existen, y en política menos. La sede de Acció Solidària Igman, vinculada a la Fundación Catmon, coincide con la sede de un medio de comunicación, Directe.cat, conocido por su ultrafervor a Carles Puigdemont y a Junts per Catalunya.
En el número 14 de la calle Fonollar, situado en el barrio Gótic de Barcelona, están radicadas ambas sedes. Eso fue lo que comprobó la UDEF en su investigación del pasado 24 de mayo durante el desarrollo de la operación Estela. Un caso de presunto desvío --otro caso más de una larga lista-- de ayudas públicas destinadas a la cooperación con el Tercer Mundo que podrían haber acabado en las arcas de la muy patriótica Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). La investigación trata de aclarar el destino de al menos dos millones de euros, en un entramado por el que ese dinero acabó donde no debía de acabar: en las arcas de un partido político.
La investigación sigue su curso y, seguramente, nos dará a los periodistas algún titular en breve. Lo que sorprende es que una de estas fundaciones investigadas tenga la misma sede que el diario digital. Directe.cat está dirigido por un viejo aficionado a las perfomances.
Joan Puig saltó a la fama mediática cuando se personó con carnet de diputado en la boca, en aquella época de ERC, y en bañador azul en la residencia mallorquina de Pedro J. Ramírez para denunciar un supuesto trato de favor al entonces director de El Mundo --y ahora director de El Español-- que le permitía incumplir la legislación de costas. Ahora, lo que son las cosas, Puig comparte sede con una ONG investigada porque se sospecha que no era tan sin ánimo de lucro como parecía.