El conseller de Territori, Damià Calvet, está últimamente fuera de sí. Sus enfrentamientos con compañeros de partido, todavía el PDeCAT, están a la orden del día. Si hace unas semanas se las tuvo duras con Jordi Turull --“casi llegan a las manos”, dice un testigo de los hechos--, la semana pasada se enfrentó con David Bonvehí, el presidente del PDeCAT. Ambos incidentes se produjeron en la cárcel de Lledoners.
En el primer rifirrafe, Calvet justificaba su posición en las negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez. “Algunos hemos de gobernar”, dijo a Turull que le recriminaba su actitud autonomista y dialogante. El preso le contestó sin morderse la lengua: “Ah, todo esto ha sido para que tu seas conseller”.
La respuesta de Turull no gustó a Calvet que se enfrentó a él, aunque la cosa no fue a mayores por la presencia de otros miembros del partido en el despacho que los políticos presos tienen en Lledoners.
Pero Calvet considera que la revolución de las sonrisas puede pasar a mayores si le llevan la contraria. Ocurrió también la pasada semana. Esta vez se enfrentó a David Bonvehí: “Le levantó el puño a una persona en silla de ruedas”. Calvet se enfadó sobremanera por la actitud de Bonvehí de no aceptar la disolución del PDeCAT en la Crida Nacional per la República, el partido que promociona Carles Puigdemont. Motivo suficiente para desatar las iras del conseller de Territori. Y eso que son de los suyos.