Los familiares de las víctimas del 17A estudian la posibilidad de presentar una demanda contra el Ayuntamiento de Barcelona, presidido por Ada Colau, por la ausencia de bolardos el día del fatídico ataque terrorista en la ciudad. Un año después, el paseo se ha convertido en un búnker gracias a la presencia de estos elementos. Aunque es vulnerable en un punto.
Justo en el emblemático Pla de l’Os, donde se encuentra el mosaico de Joan Miró donde acabó el trágico trayectoria de la furgoneta de los terroristas. En el sentido ascendente del tráfico –es decir, en dirección a Plaza Catalunya– existe un punto de acceso sencillo a las Ramblas.
Son unos 10 metros, el espacio que queda entre el ascensor con el que se puede descender al Metro hasta el semáforo. Es por allí dónde acceden al paseo vehículos pesados de los equipos de limpieza municipal. No lo impide ni un solo bolardo. Cuestión que podría implicar una revisión del dispositivo de prevención del Ayuntamiento de Barcelona.