Eduard Pujol lleva una carrera meteórica hacia el ostracismo. Empezó muy fuerte pero está en sus horas más bajas. En el PDeCAT ya le llaman "el encargado de los fines de semana", o en su defecto el "encargado de fiestas mayores" porque su papel en Junts per Catalunya es cada día más testimonial.
El exdirector de RAC1 optó a president. Incluso Carles Puigdemont lo llegó a considerar. Luego apareció en todas las quinielas como conseller de Presidencia. Tampoco lo fue. También se habló de un Pujol portavoz del Govern con competencias en comunicación. También se dijo que podría ir a la presidencia de la CCMA. Nada cuajó. Ni esta última opción que hasta sus más cercanos descartan.
De momento --y parece que para largo-- la carrera de Pujol, que dejó RAC1 un minuto antes de que lo echaran, seguirá siendo la de portavoz del artefacto político de Puigdemont durante los fines de semana y fiestas de guardar.