El silencio de Puigdemont
El otrora muy activo expresidente residente ahora en Hamburgo está apagado. Sus tuits son muy limitados. Sus declaraciones han sido suprimidas casi en su totalidad y, según dicen sus allegados, su agenda es casi un desierto y “tiene demasiado tiempo libre”.
El motivo de este repentino apagón informativo de Carles Puigdemont parece situarse en el ámbito judicial. Si hace unas semanas sus abogados, también en estricto silencio, sacaban pecho y retaban a las autoridades españolas, ahora recomiendan prudencia. “El proceso judicial en Alemania no está tan claro y se pueden producir sorpresas”, señalan en privado sus asesores.
Es el motivo que el entorno de Puigdemont aduce para no asumir la presidencia del PDeCAT, que celebra su congreso este julio. Sin embargo, si se hace caso de fuentes del partido todavía nadie le ha ofrecido a Puigdemont cargo alguno. “Si se le ofrece demasiado pronto --relatan-- puede provocar un follón. Es mejor primero cerrar los acuerdos con su gente”, apuntan quienes conocen la situación.
Lo que parece claro es que Puigdemont ya no es el que era. De aficionarse a los mensajes en redes sociales o vídeos --de escasa calidad-- ahora practica un silencio sepulcral para evitar que los jueces alemanes lo devuelvan a España por malversación y quién sabe que más.