El Partido Popular ha perdido el norte y los asientos. El norte porque los representantes del PP en la Mesa del Congreso han insistido hasta el aburrimiento en que el miércoles tenía que haber pleno de control al Gobierno. Menos mal que la presidenta de la Cámara, doña Ana Pastor, mantiene la sensatez y la cordura y no habrá tal. Les ha interpelado sobre qué control iba a haber si han tomado posesión hoy del cargo. Pero los peperos insistían. Querían preguntar algo así como: señor Sánchez ¿por qué ha nombrado ministras a tantas mujeres? ¿No le valía con dos o tres? O de este otro estilo: ¿por qué ha quitado a Cospedal si lo estaba haciendo bien en Defensa? ¿Qué quiere ahora que hagamos nosotros con ella?
El otro problema del PP es dónde sientan a Mariano Rajoy y cómo se distribuyen los escaños. A Mariano, algún representante pepero ha sugerido que lo manden al gallinero, al fondo del todo, pues ya no tiene cargo alguno. En la fila delantera quedará Hernando, de momento el portavoz, pero acompañado de quién. ¿De Soraya o de Cospedal? Maíllo irá también al gallinero con su amigo Mariano. Hernando está que muerde. La guerra no ha hecho más que empezar. Nadie decide el orden de los asientos para el próximo pleno. Ni para esta simpleza hay criterio.