Ayer, un diario se tiró a la piscina anunciado el octavo gran acuerdo de investidura. Le siguieron muchos hablando del “acuerdo inminente”. Pues bien, de acuerdo nada de nada. Los medios volvieron a caer en la táctica negociadora de anunciar un acuerdo para doblegar al adversario, perdón, al socio
No hay acuerdo en los medios de comunicación que todos quieren en su órbita. No hay acuerdo en Interior, consellería que ERC no quiere ni de broma a pesar de las presiones de Junts per Catalunya que ha deslizado el nombre del “supuesto” candidato republicano a dirigirla: Joan Ignasi Elena. Un minuto después de la filtración, el interesado lo desmentía a Crónica Global. No hay acuerdo sobre la vicepresidencia. Los de JxC quieren un réquiem mientras que ERC contesta “existirá, seguro”.
No hay acuerdo sobre la conselleria de Presidencia porque si Jordi Turull tiene que suplir a Jordi Sànchez, ¿merece la pena mantenerla?, se preguntan. No hay acuerdo sobre la creación de una nueva consejería de Transformación Digital. ERC dice que no, que sus competencias están en la Secretaría de Telecomunicaciones, mientras que Carles Puigdemont se desgañita por la modernidad. O sea, que sin acuerdo, mañana, como mucho, ERC votará la resolución “política” sobre Puigdemont, que tendrá que esperar sentado a su acto de desagravio en Bruselas. No parece que sea este domingo, tampoco.