Carles Puigdemont y sus incondicionales siguen lanzados en tromba bajo la consigna Puigdemont o elecciones, o si lo prefieren Puigdemont o Puigdemont. Los últimos en abonar esta idea han sido Jordi Turull y Josep Rull. Sin embargo, cada día son más las voces que le dicen al expresidente que su vuelta es un oxímoron. Artur Mas encabeza esta posición desde el PDeCAT, donde se oye a otros como Andreu Mas-Colell o la propia Marta Pascal. También ERC le hace llegar este mensaje al igual que la CUP o los Comunes, que a través de Federalistas de Izquierdas afirmaba en su último boletín que "la Generalitat no es de su propiedad".
En Bruselas empieza a calar la imposibilidad de una investidura telemática o delegada, por lo que la corte en el retiro belga maneja varios escenarios. El famoso plan B que no se desvelará hasta el último momento, cuando se dé el cambiazo y se proponga otro nombre de Junts per Catalunya que pueda aunar fuerzas y reemplazar la idea de promocionar a Puigdemont. También está encima de la mesa otra posibilidad. Si Puigdemont sigue en Bruselas podrá presentarse como candidato a las europeas de 2019 para ser eurodiputado y continuar con la hasta ahora fracasada internacionalización del procés.