Polémica conmemoración
Los actos conmemorativos del 25 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona se desarrollaron en un ambiente aparentemente normalizado, a pesar de que Carles Puigdemont ni mencionó al Comité Olímpico Español ni al Gobierno de España y a pesar que Ada Colau explicó los Juegos como una especie de revuelta vecinal que forzó una candidatura, olvidándose también de citar a Juan Antonio Samaranch.
Lo que no cuenta la historia oficial es que se pretendió invitar al rey Felipe simplemente como un atleta. Alguien hizo ver a los organizadores que “si Su Majestad atleta venía al acto, Su Majestad, no el atleta, iba a tomar la palabra”. Sin embargo, algunos papistas quisieron llevar las cosas más allá dejando al Rey fuera del acto que se iba a desarrollar en los jardines del Palacete Albeniz. La Casa Real lejos de montar un número se limitó a decir que “si el Rey va a Barcelona, irá a dormir a su casa”. Es decir, el Rey iría al Palacete Albeniz, su residencia oficial a dormir y “si había una fiesta en sus jardines, a lo mejor se acercaba”. Al final, se impuso la cordura y una cierta retranca real.