Luis Conde, de posible embajador a vocal de una ladrillera
El cazatalentos Luis Conde Möller suma una nueva poltrona. Acaba de ser nombrado consejero de Renta Corporación, inmobiliaria barcelonesa que cotiza en el mercado continuo.
Conde es un hombre ambicioso. Se viene postulando últimamente nada menos que como embajador del Reino de España. Sus aspiraciones no son flojas. Pretende ir a Washington, a Londres o al Vaticano. Por pedir, que no quede. Lo malo es que una cosa son los deseos personales de cada uno y otra muy distinta la cruda realidad de los hechos. Porque forman multitud los aspirantes potenciales a esos destinos privilegiados. De hecho, esas y otras ansiadas embajadas suelen estar copadas por expolíticos de postín o por los más relevantes miembros del cuerpo diplomático.
Renta Corporación pasó un calvario durante la crisis del ladrillo. Suspendió pagos, hubo de echar al grueso de la plantilla y quedó reducida a la mínima expresión. Pero sigue en pie, cuando infinidad de colegas se fueron a pique.
Conde dirige la compañía Seeliger & Conde, de selección de directivos. Además es miembro del consejo de Fira de Barcelona, donde comparte mesa con Carles Vilarrubí, imputado en la Audiencia Nacional por sus negocios con Jordi Pujol Ferrusola. Se da la curiosa circunstancia de que Conde es también vocal de la correduría madrileña Wills S&C, presidida por el controvertido marido de la reina de Coca-Cola.