La soledad de Patxi
Patxi López es como aquel coronel de novela que no tenía quien le escribiera. Mejor dicho, el candidato a la secretaría general del PSOE no tiene con quien fumar en el patio del Congreso. En otro tiempo, cuando el líder vasco salía a echarse un pitillo, una nube de periodistas le rodeaba de inmediato. Ahora, cuentan los cronistas parlamentarios, fuma en la soledad más sangrante. Ni siquiera los suyos le acompañan. A César Luena, otrora muy activo en el Grupo Parlamentario Socialista, también le ha cambiado el entorno: mantiene un silencio absoluto. En las reuniones del grupo, Luena no abre la boca desde hace tiempo.