Jordi Pujol Ferrusola sigue viviendo a cuerpo de rey, ajeno a las investigaciones que tienen entre manos varios juzgados sobre su incontable fortuna oculta. Junior --un bala perdida, según sus conocidos-- no ha reducido ni un ápice su fastuoso tren de vida.
En cambio, su hermano pequeño Oriol, el político, es otra historia. En julio pasado se cumplieron dos años desde que hubo de dejar su escaño en el Parlamento catalán, debido a su implicación en el caso de corrupción de las ITV y las deslocalizaciones de compañías niponas establecidas en Cataluña. Ese infausto día, se cegó su fuente de ingresos. Desde entonces no se le ha conocido oficio alguno.
Como a la fuerza ahorcan, Oriol no ha tenido otro remedio que acomodarse a las actuales circunstancias de escasez económica. El otro día fue visto, tal como muestran las fotografícas que ilustran este En Voz Baja, comprando varias prendas textiles en los populares grandes almacenes H&M, cuya característica más atrayente son sus precios de derribo. Como cualquier hijo de vecino. Como un simple mileurista más.