La forma de trabajar de cada entrenador es diferente. Es algo lógico si bien a cada persona le gusta hacer las cosas a su manera. En Can Barça ocurre exactamente igual. Ronald Koeman se caracteriza por no cortarse a la hora de dar palos a sus pupilos. Sea en público o en privado. Los últimos en ser criticados han sido los delanteros, acusados de no marcar goles. Es algo que le diferencia de otros místers como Guardiola o Luis Enrique, que no lo hacen.

Ronald Koeman dirige al Barça contra el Dinamo de Kiev / EFE

Ronald Koeman dirige al Barça contra el Dinamo de Kiev / EFE

Ronald Koeman dirige al Barça contra el Dinamo de Kiev / EFE

Ronald Koeman lo manifestó claramente en la rueda de prensa posterior al partido ante el Dinamo de Kiev en la tercera jornada de Champions League. Ganaron por solamente 1-0 con gol de Gerard Piqué y al entrenador no le gustó. Achacó a sus delanteros la falta de acierto. Sobre todo a Luuk de Jong, que fue cambiado al descanso tras fallarlo prácticamente todo.

El delantero tuvo una actuación para olvidar y a Koeman no le tembló el pulso para sustituirle a la media parte. Ansu Fati fue el elegido. El entrenador habló más tarde sobre él y le señaló en público por haber fallado diversos remates de cabeza, que se fueron desviados de la portería rival.

Koeman señala y no aplaude

El entrenador del FC Barcelona es diferente a Luis Enrique y Guardiola ya que ellos no señalaban a nadie en público. Lo hacían en privado para protegerles de los ataques de la prensa. El catalán y el asturiano suelen cargar con el peso mediático para liberar a los suyos.

Luis Enrique en la final de la UEFA Nations League / EFE

Luis Enrique en la final de la UEFA Nations League / EFE

Luis Enrique en la final de la UEFA Nations League / EFE

Koeman en cambio sí lo hace. Lo que ocurre es que después no valoró en absoluto las numerosas ocasiones creadas. La prueba es que en el segundo tiempo no se generaron apenas. Cero peligro. Sergiño Dest hizo mucho daño a pesar de jugar de extremo. Mucho más que Sergi Roberto. El empeño del neerlandés con el capitán es algo inexplicable si se tienen en cuenta las intentonas conseguidas. Era una máquina de perder balones fáciles. Además, su polivalencia tiene un límite: no puede jugar de falso extremo.

Coutinho y Ansu, desenchufados

El brasileño tiene más ritmo de partido que Ansu, pero sigue sin arrancar. No desequilibra apenas y cuando pierde balones no ayuda demasiado a recuperarlos. Coutinho debe ser más generoso con un equipo que no tiene estrellas desequilibrantes como en antaño: Leo Messi.

Messi y Guardiola en la etapa de ambos en el Barça / FC Barcelona

Messi y Guardiola en la etapa de ambos en el Barça / FC Barcelona

Messi y Guardiola en la etapa de ambos en el Barça / FC Barcelona

Eso a Koeman no le gusta. Un equipo sin gol debe aprovechar al máximo sus escasas ocasiones. Lo mismo ocurrió con Ansu Fati. El delantero del Barça regaló un remate fácil tras intentarlo de manera acrobática. Es más, tenía al lado un compañero (Busquets y Coutinho) para pasarla y que enchufasen el gol. No pudo ser.