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El FC Barcelona no jugó su partido más brillante contra la Real Sociedad (2-1), pero firmó la tercera remontada de la temporada para recuperar el liderato de la Liga. El equipo azulgrana generó ocasiones suficientes como para asegurar el triunfo y evitar el sufrimiento del tramo final. En el otro lado de la balanza, la fragilidad defensiva fruto de jugar tan adelantados y expuestos en campo rival.

El equipo txuri urdin rozó el segundo gol, a pesar de haber tirado solo dos veces a portería en todo el encuentro. El gran responsable de las lagunas en la retaguardia es Ronald Araujo. El central uruguayo lucha tenazmente durante los 90 minutos, pero adolece de las mismas carencias que antaño. El segundo capitán, portador del brazalete ante la baja de Ter Stegen, no exhibe la inteligencia táctica de Pau Cubarsí o su excompañero Iñigo Martínez en la toma de decisiones.

Nulo en salida

En el primer gol del rival, Ronald queda en tierra de nadie. Entre Ander Barrenetxea, en posesión del balón, y Álvaro Odriozola, rematador del centro posterior, el zaguero charrúa tarda en reaccionar cuando el extremo arranca a correr. A pesar de ostentar una punta de velocidad superior a Jules Koundé, Araujo también queda un metro por detrás del extremo txuri urdin y no alcanza a cortar el pase de la muerte. Cobertura fallida. Si no hubiera defendido ningún jugador en la posición del central barcelonista, la acción habría tenido el mismo desenlace. 

Araujo pugna con Guedes EFE

Con el balón en los pies, los adversarios flotaban a Araujo, conscientes de su déficit en salida de balón. Marcus Rashford ha ofrecido desmarques constantes al espacio en banda izquierda sin recibir ningún pase en largo. El técnico del Barça, Hansi Flick, ha echado en falta esos desplazamientos de Iñigo y Cuba que daban soluciones en creación de juego. Ronald, un gladiador a campo abierto, no entiende de técnica.

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