Enemigos unidos por Núñez y Laporta: el Barça de balonmano tiene buenos padrinos

El Barça de balonmano es el eterno campeón de la Liga Asobal. Ha ganado los 14 últimos títulos y está a un paso de encadenar su 15º campeonato. No tiene rival en España desde la desaparición del Ciudad Real y del Atlético de Madrid. En Europa también es la gran referencia, con 12 Champions, campeón de tres de las cuatro últimas ediciones. Año tras año, el equipo debe reinventarse, con un presupuesto a la baja o congelado.

Antonio Carlos Ortega es el actual técnico del Barça. Fue fichado en 2021 en una operación de alto riesgo, que coincidió con las salidas de Xavi Pascual y David Barrufet tras completar el equipo la temporada perfecta: seis títulos de seis posibles, y 61 victorias en 61 partidos.

Masip y Barrufet

Enric Masip, excapitán del Barça, argumentó que los anteriores años no habían sido buenos para justificar la salida de Pascual. También se marchó Barrufet, con quien el asesor de Laporta no tenía una buena sintonía cuando ambos ganaban títulos como jugadores en el Palau.

Enric Masip se dirige a Joan Laporta antes del Gamper EFE

El Barça de balonmano, a diferencia del equipo de baloncesto, va bien. El problema es que no tiene competencia en España, pero es muy competitivo y temido en Europa. Y su presupuesto no es el más alto de la Champions. En su plantilla hay grandes jugadores. Muchos, procedentes de la cantera.

Los mejores años

Masip se ha apartado del día a día del balonmano. Es una persona de total confianza para Laporta, a quien defiende de cualquier ataque.

Valero Rivera, exentrenador del Barça de balonmano EFE

Valero Rivera también fue una figura clave en el mejor Barça de toda la historia. La pieza más importante. Como técnico, el equipo azulgrana ganó 70 títulos. Entre 1996 y 2000, el Barcelona encadenó cinco Ligas Asobal y cinco Champions. Era una máquina indestructible. Un equipo que hacía realidad lo imposible, con remontadas épicas en el Palau.

Núñez y Laporta

Valero y Masip chocaron. Ambos tenían un carácter muy fuerte. La autoridad del técnico aragonés era sagrada, pero Enric no era un jugador cualquiera. Asumía sus decisiones, pero algunas no las compartía. La lucha de egos del Dream Team fue subida de tono.

Técnico y jugador tuvieron una buena sintonía con el expresidente Núñez. Curiosamente, también la tienen con Joan Laporta, quien a finales del siglo XX pedía la dimisión del entonces máximo dirigente. Hoy viven en la sombra, sobre todo Valero, y tranquilos: el Barça de balonmano funciona. Como casi siempre.