Máxima tensión en el Barça de basket: a Peñarroya se le pone cara de Grimau
- La crisis del equipo azulgrana pone contra las cuerdas al técnico y, sobre todo, a Juan Carlos Navarro
- Más información: Nuevo fiasco que deja a Peñarroya al borde del abismo
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El Barça de basket está en crisis. Peor que el de fútbol. En la Liga ACB, el equipo azulgrana es octavo, con seis victorias y cinco empates. En la Euroliga, suma ocho victorias y siete empates y es 11º. Los resultados son malos y Joan Peñarroya, el actual entrenador, está bajo sospecha.
Juan Carlos Navarro tiene un problema. El Barça no mejora. Está enfermo y no se vislumbran soluciones. Desde el despido de Jasikevicius, Higgins y Mirotic, el club ha fichado dos entrendores y 11 jugadores, y los resultados son decepcionantes. La pasada temporada terminó sin un título. Tampoco son buenas las sensaciones en el curso actual.
Renovación errática
En verano, Navarro sentenció a Roger Grimau, una apuesta de riesgo, y fichó a Peñarroya, un técnico con mucha más experiencia, pero con un currículum muy discreto. El técnico de Terrassa triunfó en Burgos, pero se estrelló en Vitoria.
Condicionado por su delicada situación económica, el Barça no ha sabido renovarse. El fichaje que mejor simboliza su fracaso es el de Willy Hernangómez, un jugador que cobra 4,5 mllones de defensa y es cuestionado por su apatía defensiva.
La caída del Barça continuó en Zaragoza, donde el equipo azulgrana perdió por 108-95. En ataque, el conjunto barcelonista cuenta con jugadores de gran nivel, como Punter, pero defensivamente es muy débil.
Las lesiones
Grimau, hace un año, fue cuestionado por su talante afable. Mucho más carácter tiene Peñarroya. También tiene mejor plantilla el actual entrenador del Barça, muy preocupado por las lesiones de Laprovittola y Metu. Raúl Neto, el recmbio de emergencia del base argentino, también se lesionó a los tres minutos de debutar con el grupo azulgrana.
En el Palau, el Barça se apaga y, de momento, nada se sabe del futuro pabellón polideportivo. Para entonces, el club necesitará un proyecto ganador. El actual no lo es y, tal vez, falta un liderazgo más fuerte. Sin Jasikevicius, el Barcelona va de mal en peor.