Dicen de él que es el jugador más parecido, dentro de la plantilla actual, a la Bomba Navarro, director deportivo del FC Barcelona y máximo responsable de su fichaje el pasado verano. Sin embargo, este jueves en Grecia hizo honor a la parte más negativa del adjetivo: Darío Brizuela explotó para mal en el Pireo y perjudicó gravemente los intereses del Barça en una derrota muy dolorosa, sin precedentes recientes, por un total de 34 puntos de diferencia (92-58). 

Brizuela tuvo más oportunidades que nunca para ganarse la confianza de Grimau, y decepcionó una y otra vez con un recital de precipitaciones, avaricia y juego forzado. El joven escolta vasco dispuso de casi 20 minutos sobre el parqué, mucho más de lo que suele darle el míster. Una oportunidad de oro, ante un rival de mucho empaque, que fue claramente desaprovechada y tirada a la basura. Su presencia en pista ayuda explicar de manera palmaria el abultado marcador en contra. No supo sumar ni a nivel individual, ni tampoco en el plano colectivo debido a sus acciones forzadas. 

Con Brizuela en pista, el Barça encajó una diferencia de -18 puntos. Parcial horrible, aunque mejor que el representado por Jokubaitis (-22), Abrines (-22) o Da Silva (-25) y parejo al de Willy Hernangómez (-18), otro de los jugadores que bien se podría haber ganado una tarjeta, amarilla o roja. Sus números fueron realmente negativos: 3 puntos y -1 de valoración. Anotó 1/6 en lanzamientos de 2, 0/4 en triples y 1/2 en tiros libres. Lo mejor que hizo, dos rebotes y tres asistencias. Muy mal. Lo más probable es que se quede sin minutos el próximo miércoles en el Palau. 

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