El Barça de basket es un equipo con dos caras. Con intensidad, es capaz de ganar al rival más potente con un juego muy atractivo para los aficionado. Sin tensión, es vulnerable y sus carencias quedan demasiado retratadas. En Badalona, el equipo de Roger Grimau se impuso al Joventut por un contundente 75-93 en un partido en el que brilló Darío Brizuela.
El pasado verano, el Barça pagó 1,2 millones a Unicaja por el fichaje de Brizuela, escolta vasco que inicialmente tuvo un protagonismo muy secundario en el Barça. Sorprendía que no se adaptara al sistema de Grimau, un técnico que apuesta por un baloncesto rápido y sin muchos corsés tácticos.
Pieza muy importante
Brizuela, un fichaje de Navarro, comenzó con dudas, pero su rendimiento ha ido de menos a más. Hoy es una pieza muy importante para Grimau. No solo es un jugador capaz de revolucionar un partido. Una solución de emergencia. Es un jugador cada vez más fiable, con un lanzamiento exterior letal.
En Badalona, Brizuela sumó 18 puntos. Anotó los cuatro lanzamientos de dos que intentó y tres de los seis triples que lanzó. Con un 14 de valoración, fue el jugador que marcó las diferencias en un derbi desigual. En la Liga ACB, mientras, promedia 17 minutos, 8,9 puntos y 7,7 de valoración.
Cambio de objetivo
El buen momento de Brizuela ha cambiado los planes del Barça con vistas a la próxima temporada. El club descarta ahora el fichaje de un escolta de primer nivel y apostará por un alero, sobre todo si Kalinic no renueva su contrato. En la posición de escolta se cuenta también con dos jugadores formados en la cantera del club: Kasparas Jakucionis y Dame Sarr. El otro fichaje prioritario será el de un ala-pívot muy físico.
El Barça de basket, de momento, vive a la sombra del Real Madrid, campeón de la Supercopa de España y de la Copa del Rey. El equipo azulgrana, mientras, aspira a clasificarse para la Final Four de la Euroliga y no descarta la Liga ACB, título que ganó la pasada temporada con Jasikevicius y Mirotic.