Chus Mateo, actual entrenador del Real Madrid, junto a Pablo Laso

Chus Mateo, actual entrenador del Real Madrid, junto a Pablo Laso EP

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El jugador que plantó al Barça de basket amenaza ahora al Real Madrid

El club blanco, con problemas para renovar a una pieza muy importante en los planes de Chus Mateo

23 enero, 2024 14:05

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El Real Madrid de basket manda en España y en Europa. En la Liga ACB y en la Euroliga. La tranquilidad del equipo de Chus Mateo contrasta con los altibajos del Barça, víctima de los recortes presupuestarios del pasado verano. En Madrid, sin embargo, temen la fuga de algunas estrellas a partir del 30 de junio.

La sección de baloncesto del Real Madrid todavía no tiene atadas las renovaciones de Sergio Llull, Sergio Rodríguez y Rudy Fernández. Los dos primeros parece que seguirán un año más, mientras que el escolta balear podría retirarse del baloncesto. Tanto o más preocupan el futuro de Edy Tavares y Mario Hezonja.

La salida del Palau

Hezonja, formado en las categorías inferiores del Barça, abandonó el Palau para jugar en la NBA, pero hace un año y medio fichó por el Real Madrid. El club azulgrana, que tenía los derechos en España, descartó su regreso por motivos económicos.

El alero croata ha sido un actor importante, pero no principal en el Real Madrid de Chus Mateo. Su futuro en el club dependerá de sus pretensiones económicas y del papel que le tenga reservado el técnico madrileño.

Panathinaikos busca un crack

Hezonja no descarta su regreso a Estados Unidos. O un cambio de club en Europa. Sabe que el Panathinaikos busca un alero que también puede jugar como ala-pívot. Hezonja, curiosamente, podría ser el sustituto de Juancho Hernangómez, un fichaje fallido para un Panathinaikos que quiere volver a ser grande en la Euroliga.

Sergio Rodríguez y Hezonja se lamentan por la derrota del Real Madrid en el Palau

Sergio Rodríguez y Hezonja se lamentan por la derrota del Real Madrid en el Palau EFE

En el Barça, Hezonja jugó entre 2012 y 2015, con Xavi Pascual de entrenador. El técnico de Gavà, muy exigente con la intensidad defensiva de sus jugadores, nunca tuvo una gran sintonía con el alero croata, quien por entonces era una de las grandes promesas del baloncesto europeo.