El Barça de basket vuelve a caer. Y lo hace de una forma lamentable. Después de haber iniciado con fuerza el partido contra el Virtus Bolonia, el equipo azulgrana se desinfló (80-75) de forma contundente hasta ceder en el último cuarto. La poca defensa en el juego interior, la derrota en las luchas por los rebotes, la ausencia de ataques exteriores y el decepcionante rendimiento de hasta siete jugadores culés, fueron la perdición en la visita a territorio italiano.
En ese grupo de señalados se encuentran Oscar Da Silva (0 puntos), Alex Abrines (6 puntos), Nicolás Laprovíttola (9 puntos en 26 minutos), Tomas Satoransky (9 puntos en casi 28 minutos), Nikola Kalinic (7 puntos en 25 minutos), Rokas Jokubaitis (0 puntos) y Jabari Parker (4 puntos). El Barça pudo haber tenido un desenlace diferente contra el Virtus, pero ninguno dio un paso al frente definitivo en el último par de cuartos.
El Barça comienza inspirado
A pesar de los buenos minutos iniciales del Virtus, el cuadro azulgrana pudo empezar a ejecutar su plan de partido. No solo a partir de la precisión en el primer cuarto de Abrines y Laprovíttola en los triples, sino también con una sólida que permitió anular al mejor jugador del equipo rival: Tornike Shengelia. Con esa combinación, el Barça de basket logró picar adelante (18-24) en el compromiso disputado en territorio italiano.
En el segundo cuarto creció la influencia de Willy Hernagómez, cuyos ocho puntos sirvieron para que los suyos fueran tomando ventaja (33-45) en el marcador. Por su parte, la defensa del equipo de Roger Grimau se mantuvo con la misma intensidad para complicar cada posesión del elenco contrario. Al llegar al descanso, el entrenador culé comentó que "tenemos que seguir en la tónica de la primera parte".
Baja el ritmo, sube la tensión
El Virtus aprovechó el descanso para hacer un lavado de cara total. El tercer cuarto fue totalmente del conjunto italiano, en especial por un Shengelia que empezó a aparecer en las jugadas más importantes. No fue un drama absoluto para el Barça de basket, debido a que Darío Brizuela pudo aportar algunos puntos que permitieron al equipo seguir liderando (56-61) en el marcador. Aunque era un llamado de atención para los jugadores azulgranas.
Se desinflan los culés
Esa preocupación del cuadro catalán creció de forma inmediata en el comienzo del último cuarto. Los puntos de Shengelia y Lundberg dieron la vuelta al marcador, dejando totalmente frío al Barça. Los nervios empezaron a notarse en los culés, sobre todo en las jugadas en ataque y en la lucha de los rebotes. Esas dudas fueron capitalizadas por el rival, que pudo ponerse a cinco puntos de ventaja.
Fueron Satoransky y Vesely los encargados de traer algo de calma al Barça de basket en el tramo final del compromiso, llegando a devolver nuevamente la ventaja a los suyos. Sin embargo, Lundberg frenó por completo cualquier tipo de reacción con un triple letal.