Le falta tiempo de cocción al Barça de Roger Grimau. Los culés cayeron claramente este sábado contra el Real Madrid de Chus Mateo en Murcia, en las semifinales de la Supercopa Endesa. 80-90 y diez puntos de diferencia.
Grimau necesita más tiempo
Algo, en parte, lógico para un FC Barcelona que ha revolucionado la plantilla y el banquillo este verano, mientras que en el Real Madrid juegan todos --o la mayoría-- de memoria. Sobre todo Campazzo, que parece que nunca se hubiese ido a la NBA.
Laprovittola, con sus 24 puntos --16 en el primer cuarto-- fue el jugador más enchufado en un Barça que necesita muchos entrenamientos y rodaje para asimilar conceptos y situarse entre los mejores equipos de Europa, a falta de cada vez menos para que empiecen las competiciones de Liga Endesa y Euroliga.
La primera decepción ha llegado con un título perdido, aunque puede servir de aliciente para catapultar al conjunto de cara a los próximos compromisos. Para instaurar una reacción a base de trabajo y sudor.
El gran problema del Barça
Después de una primera parte muy igualada, en la que los culés se marcharon tan sólo dos puntos por debajo en el marcador (40-42), el clásico se resolvió en una segunda mitad en que los merengues fueron claramente superiores. Con más ritmo y acierto, sobre todo por parte de Campazzo, Tavares y Musa.
El Barça encajó este sábado 54 puntos desde dentro de la zona, y claramente tiene un problema defensivo con sus jugadores interiores que deberá solucionar a lo largo de la temporada. Deberes para Roger Grimau, Víctor Sada y el resto del cuerpo técnico. Tanto a nivel físico como de química, cohesión de grupo y confianza.