Que Mapi León, Sandra Paños, Patri Guijarro y Claudia Pina no se encuentren en el presente Mundial de Australia y Nueva Zelanda no quiere decir que la base de la selección española no siga estando formada por jugadoras culés. Hasta nueve, de hecho, componen la columna vertebral de un equipo, el de Jorge Vilda, capaz de haber llegado hasta la primera final de una Copa del Mundo en toda la historia.
Nueve jugadoras del Barça
Cata Coll, Irene Paredes, Laia Codina, Ona Batlle, Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, María Pérez, Mariona Caldentey y Salma Paralluelo son las jugadoras del Barça que forman parte de la lista del seleccionador. Todas ellas, salvo María Pérez, están jugando con regularidad y siendo claves en el camino del equipo hasta la final.
Salma Paralluelo, de hecho, no sólo marcó en semifinales frente a Suecia sino que también ha ido mostrando su pólvora en las rondas previas, demostrando que a sus 19 años es una joven delantera con mucho futuro y proyección.
Independientemente de que cuatro de las mejores jugadoras del mundo se hayan negado a participar temporalmente con el combinado nacional, hay que decir que el cuerpo técnico de Jorge Vilda y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le deben mucho al Barça. Gracias a la columna vertebral azulgrana, el equipo ha llegado a su primera final de un Mundial y está ganando la batalla moral a las rebeldes.
La transformación de la Roja
De ahora en adelante, e independientemente de lo que suceda en la final del próximo domingo 20 de agosto, habrá que ver si las cuatro jugadoras mencionadas regresan o no a la Selección. Durante este Mundial se ha demostrado que, a pesar de su calidad y experiencia, tampoco eran del todo imprescindibles.
Jorge Vilda, por su parte, puede respirar más tranquilo que nunca. El hecho de haber conducido a España hasta la final del Mundial, con toda la polémica de los últimos meses, le ha hecho ganar méritos y aún más adeptos entre los aficionados. Puede que, al fin y al cabo, las cosas no se estuvieran haciendo tan mal.