El Real Madrid está tocado. En crisis. En un mes y medio, la afición madridista ha pasado de soñar con la Liga a visualizar otro curso horrible. El 26 de octubre, el equipo blanco ganó al Barça por 2-1 y abrió una brecha de cinco puntos. El 7 de diciembre, también en el Bernabéu, perdió contra el Celta (0-2) y ya está a cuatro puntos del gran rival.
Xabi Alonso es el gran señalado por la afición. Su gestión está bajo sospecha. Florentino Pérez está preocupado y, discretamente, ya ha activado el regreso de Zinedine Zidane. La plantilla está dividida. Hay jugadores que son fieles al técnico guipuzcoano. Otros, en cambios, están molestos con él.
Valverde y Vinicius
Fede Valverde se las tuvo con Xabi Alonso. También, Vinicius. Hoy, al Real Madrid le falta fútbol. Es un equipo muy físico, pero no tiene un líder en el centro del campo. Un futbolista que lea bien los partidos y aporte soluciones. Con Courtois y Mbappé no basta.
Xabi Alonso y Vinicius Jr se saludan en el Athletic Club-Real Madrid
En un mes y medio, el Real Madrid ha empatado en los campos del Rayo (0-0), Elche (2-2), Girona (1-1) y ha perdido en casa contra el Celta. El Barça, en cambio, ha ganado todos los partidos desde su derrota en el Bernabéu.
Vasos comunicantes
Real Madrid y Barça suelen ser vasos comunicantes. La caída madridista ha coincidido con la mejora del equipo de Hansi Flick. El líder todavía tiene mucho margen de mejora, pero vive mejor con Pedri y Raphinha, recuperados ya de sus lesiones.
Los jugadores del Celta de Vigo celebran un gol ante el Real Madrid en el Bernabéu
El Barça mejora día tras día. Meritorias han sido sus victorias contra el Athletic, el Atlético y el Betis. En la Champions, en cambio, ha perdido contra el PSG (1-2) y el Chelsea (3-0). También empató en Brujas (3-3) contra un rival de medio pelo.
Pep Guardiola
El Madrid está mejor posicionado en Europa. Este miércoles, sin embargo, Xabi Alonso se juega la cabeza. Su equipo se enfrenta al Manchester City de Pep Guardiola. Falta por ver si el Madrid sacará su orgullo o se agravará su crisis. Una derrota en casa podría ser letal para el técnico y, sin duda, sería muy celebrada en Barcelona. En un mes y medio, la vida de los dos grandes ha dado un vuelco radical.
