Vinicius se juega una sanción de 4 a 12 partidos
- El extremo brasileño agredió a Dimitrievski en el Real Madrid-Valencia que acabó ganando el conjunto de Carlo Ancelotti por la mínima
- Más historias: Bellingham soluciona el lío de Vinicius en Mestalla: remontada que amarga al Barça
Noticias relacionadas
Escándalo en Mestalla. Y, esta vez, el culpable fue Vinicius Júnior. En una jugada aislada, Dimitrievski, portero del Valencia, tocó la espalda del extremo del Real Madrid, apoyado en el suelo. Fue un gesto leve, pero que buscaba sacar a Vini de sus casillas. Más fácil imposible. Su respuesta fue cien veces peor. Agredió al meta che con las dos manos en la cara, sin el balón en juego, en el minuto 79. Si todo fuese normal, se jugaría entre 4 y 12 partidos de sanción.
Ahora bien, la redacción de Soto Grado, colegiado principal del Real Madrid-Valencia (1-2), fue negligente. En el acta arbitral, apuntó que Vinicius fue expulsado "por golpear a un adversario en la cabeza de manera deliberada, sin estar el balón en disputa, empleando fuerza no insignificante". Hay un fallo garrafal.
No es lo mismo una jugada en la que "el balón no esté en disputa", que es lo que señala Soto Grado en el acta, que una jugada en la que "el balón estuviera parado", tal y como reportó la sala VAR al árbitro. Esta diferencia puede salvar a Vinicius, ya que, según la redacción del acta solo le podrían caer dos partidos al futbolista del Madrid por conducta violenta. Realmente, lo que hubo fue una agresión, que implica, como mínimo, 4 partidos de suspensión.
Reacción desproporcionada
Además del golpe en la cara que Vinicius asestó a Dimitrievski, el delantero merengue, impune hasta el momento, perdió los papeles. Algo habitual. Cuando abandonaba el terreno de juego, el crack del Real Madrid "tuvo que ser sujetado por miembros de su club y retirado a vestuarios mientras continuaban sus protestas".
La expulsión de Vinicius. #LaCasaDelFútbol #LALIGAEASPORTS pic.twitter.com/vseQFvgeZt
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 3, 2025
La imagen fue dantesca. Durante el encuentro, Mestalla, mismo escenario en el que Vinicius señaló, y con razón, a un grupo de aficionados que profirieron insultos racistas el año pasado, cantó "Vinicius, balón de playa". Y el delantero respondió mandándolos a segunda división con los dedos de la mano.