El vestuario del Real Madrid ha alcanzado el punto crítico. La piña de la temporada 23-24 ha degenerado en un polvorín. La convivencia entre tantos gallos ha dinamitado el gallinero. Ni en ausencia de Vinicius Jr, con una lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda, ha motivado a Kylian Mbappé a coger las riendas. El fichaje estrella del último mercado de traspasos de verano sigue desaparecido en combate.
El que fuera buque insignia del PSG no ha caído con la misma gracia en el Santiago Bernabéu. En San Mamés, el delantero volvió a tener el honor de lanzar un penalti con el mismo desenlace fatídico que en Anfield. Nada más fallar la pena máxima, desviada por Julen Agirrezabala, Jude Bellingham se acercó a consolar al 9 madridista. El astro francés atraviesa un mal momento de rendimiento y confianza.
Otra pérdida
No obstante, el centrocampista inglés no tuvo la misma paciencia con otra de las tantas incursiones individualistas de Kylian. En numerosas ocasiones, las aventuras en solitario del atacante parisino se perdieron entre la zaga del Athletic Club.
En una de esas aventuras durante el tramo final de partiado, Dani Vivian secó a Mbappé. El central de los leones defendió en la banda el caracoleo del delantero, que después de fintar buscó línea de fondo. Con el cuerpo y sin entrar en contacto con el balón, el zaguero de la selección española apartó al delantero galo y forzó el saque de puerta.
Desesperados
En tanto, Rodrygo Goes, Bellingham, Brahim Díaz y Lucas Vázquez aguardaban el centro dentro del área. El lateral gallego se llevó las manos a la cara desesperado, y Jude se desgañitó por haber desaprovechado la jugada.
Las pérdidas fueron la tónica general de Mbappé durante toda la contienda en San Mamés, con un total de 14. El killer francés realizó tres tiros a puerta, ganó cuatro duelos de ocho disputados, dio un pase clave y falló un penalti decisivo.