Tarjeta roja: Jude Bellingham

Tarjeta roja: Jude Bellingham Montaje CULEMANIA

Real Madrid

Tarjeta roja: Jude Bellingham

El futbolista del Real Madrid dejó una mala imagen en la final de la Eurocopa durante y tras la derrota de Inglaterra a manos de España 

15 julio, 2024 18:40

Noticias relacionadas

Jude Bellingham va de súper estrella por la vida. Llegó a Madrid rodeado de humildad, dando buena imagen y transmitiendo valores de gran deportista. Con el tiempo, ese estigma fue cambiando, al punto que protagonizó escenas muy airadas, salidas de tono con árbitros y enfrentamientos con rivales o aficionados. Como si su fichaje por el Real Madrid le hubiese cambiado o, de pasar tanto tiempo juntos, se le hubiese contagiado el carácter polémico de Vinicius. Durante la Supercopa, el crack inglés ha dejado destellos de gran calidad, pero también algunas imágenes para el olvido. Por eso se lleva la tarjeta roja de la Eurocopa. 

Una de las instantáneas más feas que dejó Bellingham fue cuando hizo el gesto de tener sus zonas íntimas de gran tamaño... en castellano, el gesto que hizo se traduciría por "tener los huevos muy gordos". Fue contra Eslovaquia y no quedó claro si era una celebración o una provocación que podía ir dirigida tanto al banquillo eslovaco como a la hinchada rival. En cualquier caso, le valió una sanción de 30.000 euros y un partido de suspensión que, curiosamente, no lo cumplió en la Eurocopa, sino que lo cumplirá en futuros compromisos internacionales. 

Patada violenta 

Autor de dos goles durante la Euro, uno de los cuales fue fruto de un espectacular remate de chilena, Bellingham ha seguido dejando malas imágenes a lo largo del torneo. Especialmente, en la final. Además de protagonizar alguna acción un tanto pasada de tono durante el partido, dejó su peor gesto al término del encuentro. Mientras España celebraba, Jude se dirigía hacia el banquillo de Inglaterra y pateaba la neverita de las aguas de su equipo con violencia. Luego, se sentó en el banquillo hasta que un miembro del club inglés le llamó la atención y le obligó a cumplir el protocolo con deportividad: acudir a recoger la medalla de subcampeón y asistir a la entrega de las medallas y la copa al vigente campeón, España.