El Atlético de Madrid firma su venganza contra el Real Madrid. Después de caer en las semifinales de la Supercopa de España ante el cuadro merengue, los dirigidos por Simeone lograron (4-2) sacar a su rival capitalino de la Copa del Rey. Al igual que el derbi en Riad, el compromiso fue una exhibición de fútbol ofensivo por parte de los dos equipos, en donde la ventaja definitiva fue para el lado colchonero a partir del talento y liderazgo de Antoine Griezmann.
Intercambio de golpes
Como era de esperarse, el encuentro disputado en el Metropolitano tuvo un intercambio de golpes similar al cruce de la Supercopa de España. Nuevamente el equipo de Diego Simeone fue capaz de abrir el marcador a partir del gol de Samuel Lino, tras sacar oro de un mal despeje de Rudiger a un centro de Rodrigo de Paul. El extremo brasileño pudo entrar en el área con facilidad para superar la resistencia de Lunin.
Pero el Real Madrid no estaba dispuesto a bajar los brazos con facilidad. Fueron generando varias ocasiones que merecieron ser el empate --una pegó en el poste--, pero al final se toparon con el gol de la igualdad con un autogol de Jan Oblak. El portero rojiblanco salió con poca contundencia a un centro que fue al corazón del área y terminó provocando el empate de los merengues.
Partidazo en el Metropolitano
La segunda mitad tuvo tintes similares. Dos equipos con oportunidades para llevarse el partido. El Atlético pudo recuperar la ventaja en el marcador con el tanto de Morata que hizo vibrar a la afición colchonera. Ese gol desencajó mucho al conjunto de Ancelotti, debido a que empezaron a dejar cada vez más espacios en defensa. El propio delantero tuvo la posibilidad de liquidar el compromiso, pero no pudo vencer a Lunin en un mano a mano.
Esa heroica salvada del portero volvió a dar confianza al Real Madrid. En una rápida acción de pocos toques, el equipo blanco pudo igualar las acciones con un gol de Joselu a pase de Bellingham. Tras esa jugada contaron una oportunidad para sentenciar la remontada en los segundos finales, pero para fortuna de los colchoneros el rebote de Witsel pasó por encima del arco.
Griezmann reina en la prórroga
El tiempo extra fue de ida y vuelta. La mitad de cancha se convirtió en una pista libre para que los dos equipos pudieran armar sus jugadas ofensivas. Solo la calidad individual de los futbolistas podía desatascar ese empate tan persistente, siendo un espectacular golazo de Antoine Griezmann el que permitió ese escenario. El francés consiguió marcar con un fuerte zurdazo tras vencer en velocidad a Vinicius en la banda izquierda.
Ya con el Real Madrid volcado en ataque, el Atlético tuvo ocasiones para sentenciar el partido por los gigantescos espacios que tenían a su favor. El tanto definitivo tuvo a Memphis como gran protagonista tras ceder en el momento preciso el balón a un Rodrigo Riquelme que agitó las redes con un potente derechazo que hizo estallar de alegría a Simeone. Una venganza en toda regla de los colchoneros que siguen con vida en la Copa del Rey, junto al FC Barcelona y el Girona como los principales candidatos.