El domingo no ha podido ser más doloroso para el Barça de basket. No solo por la dura derrota sufrida contra el Mónaco por el tercer lugar de la Euroliga, sino también porque el Real Madrid ha logrado alzarse con el título en una final de infarto. A pesar de tener un marcador adverso en los minutos, el equipo merengue pudo ganar (78-79) al Olympiacos y así firmar su undécimo trofeo de la competición continental.
Se trata de una herida más profunda para los azulgranas, que llegaban a la Final Four en un gran momento de forma. Pero su poca competitividad impidió superar los cruces contra Madrid y Mónaco. A diferencia de los merengues, que consiguieron crecer a lo largo de las rondas eliminatorias, especialmente cuando pasaron esa complicada llave ante el Partizan de Belgrado.
Sufrimiento hasta el final
La final de la Euroliga fue un intercambio de golpes. Cada cuarto dominado por el Olympiacos tenía una respuesta por parte del Real Madrid. Los dirigidos por Chus Mateo estaban compitiendo en la primera mitad a partir de su acierto en los triples y el liderazgo de Sergio Rodríguez. Hasta el descanso los dos equipos lograron firmar una igualdad (45-45) que dejaba entender que sería un compromiso que se definiría en los últimos segundos.
Vezenkov, la gran estrella del combinado griego, estaba desatado. Su abrumador dominio (29 puntos en total) era un dolor de cabeza para la defensa merengue. Dos canastas de su parte parecían sentenciar de forma definitiva la final; sin embargo, la épica salió del lado del Real Madrid, que tuvo una seguidilla de varios puntos para revertir la situación. Primero con un triple de Sergio Rodríguez y un tiro acertado de Sergio Llull que desataba la euforia del equipo español.
La vieja guardia volvió al rescate del Real Madrid en el momento de mayor necesidad. Un final de partido que tomó por sorpresa a muchos, teniendo en cuenta que el Olympiacos había logrado conseguir una ventaja que permitía soñar con el título. Pero los merengues tuvieron la última palabra y así firmar su undécimo trofeo de la Euroliga. Una conquista que amarga mucho más la semana del Barça de basket.